Historia de una rosa.

                         
                                      "Thanks for the most wonderfull night of my life"

Ropa para dos días, un cepillo de dientes, The Old Magic y poco más. Nerviosa y con una ilusión que sería imposible describir con palabras me cogí un vuelo y me fuí a Bilbao (aunque por temporal aterrizamos en Vitoria) a conocer a mi Mentor Joserra, allí me dió vergüenza llamarle así mirándole a los ojos pero él lo sabe, y a Nick Lowe.
Nick, el eslabón perdido, la unión entre Sam Cooke, Elvis y Johnny Cash. La elegancia personificada de la British Society de los que toman el té bajo sus techos victorianos (así lo imaginábamos) que sin embargo tuvo que hacer hace ya un tiempo un pacto con el diablo.


La acogida en las tierras bilbaínas fue de 15 sobre 10. Desde la mejor visita guiada y personificada por el Guggenheim gracias a la maravillosa Guiller hasta una cena de amigos en la que me acogieron como a una más por una noche, dándome a probar cosillas de la tierra, una morcilla de Frías y unas anchoas de Santoña que nos hizo hablar de Coco y acordarnos de él.

Y seguía la Old Magic.

Hay desayunos y después está ese desayuno que compartí entre cientos de discos y con un video de The Band que cambió mi vida. Son LA RELIGIÓN, y ese video el cual tengo que volver a ver te deja k.o. Había mucha Old Magic en la Big Pink.
Y si después de una taza de café con ellos te ponen a Dylan, Petty, Sam Cooke, Marvin, Smokey Robinson, Donny Hataway....qué os voy a contar, un día con Joserra y sus discos. Sin palabras. Para llorar.

Más tarde Nick, Nick y Nick......el concierto de mis sueños dónde cada detalle hacía estallar mi corazón.
Only a Rose con Geraint fue tocar el cielo, oro molido, no creer lo que tenía delante. Pero cada tema se agrandaba en el escenario, la vieja magia inundó la ciudad para dejarnos a solas con el Señor Lowe. Y Alison    de Costello hizo mella en mí débil corazón por esa noche haciendo que desde ese momento amara a ese hombre. Se lo grité, se lo dije después otra vez al despedirme tras hablar con él y tirarle un beso, "I love you Nick".

No aterrizo, se me nota la ansiedad en mis palabras. Pero lo más bonito, la verdadera old magic de todo este fin de semana no es otra que llegar a conocer a alguien y parecer que es amistad de toda la vida. Y darte cuenta de que no sólo es como de toda la vida si no para toda la vida. Porque si Dylan y The Band no son capaces de forjar semejante amistad, ¿qué lo es?

Descubrimiento, la piel de gallina mientras escuchaba esta versión del de Lennon. Gracias Mentor, porque despues de dejarme disfrutar de algo así (entre otras cosas) has echo en mí un antes y un después de Bilbao.

Este lo grabó mi Mentor, he querido ponerlo y dedicarlo a todas las personas con las que compartí el concierto, porque siempre las recordaré. Fue un placer estar con esas personas que sienten y comprenden ese amor delicado y destilado que se respiraba aquella noche.

                                                                  Para Cristina.