miércoles, 12 de marzo de 2014

Un buen día para comenzar.





Después de un gran parón, hoy he sentido que empezaba una nueva etapa emocional de mi vida y me he dado cuenta de lo mucho que necesito estar en la onda de la blogosfera, me da vida.

En estos meses, desde que estuve en el Rust, en Frías, he estado escuchando música más que nunca en mi vida, descubriendo nuevas cosas y afianzando las que tan loca me vuelven. No dejo de escuchar a Los Beatles o a Tom Petty, porque hay mil cosas nuevas para mí en ellos y porque cada día, la misma canción, nos hace sentirnos diferentes.
Siempre envidio la memoria de algunos con los grupos, las canciones e incluso las letras. Eso no puedo evitarlo, me encantaría tener ese radar en la cabeza, pero lo mío son los sentimientos. Yo os puedo seguir hablando de lo que siento mientras escucho y de lo que voy aprendiendo cada día.

Hace no mucho, para Reyes, mi amiga Esther me regaló un libro biográfico de Dylan. Me lo empapé en seguida, estaba de exámenes pero no lo pude evitar. Nunca había leído lo que era un libro en sí acerca de él, muchos artículos y datos pero nunca de esa manera. Me encantó, entender a alguien como Dylan es imposible pero desde luego, ahora me siento más cerca de sus canciones, de lo que transmiten.
Es extraño que con todo lo que me conlleva ÉL, nunca hubiera tenido una biografía suya en mis manos. He leído acerca de muchos músicos, acerca de Los Beatles ni os cuento, pero supongo que estaba esperando mi momento, siempre hay uno y a veces adelantarnos no nos beneficia, nos resta intensidad.

Igual que pasa cuando escuchas un disco que te gusta tras mucho tiempo sin darle, parece que lo estás escuchando por primera vez. Algunas veces ése disco es de los que te sabes de memoria, otras de los que te compras, escuchas, valoras, te gusta y dejas y al paso del tiempo lo pones y te quedas a cuadros preguntándote el porqué aquella vez te pareció bueno y ahora piensas que no puedes vivir sin él.
Algo casi parecido me ocurrió por ejemplo con el de Los Arctic Monkeys, Suck It And See, me lo compré cuando salió, recién nacido en una tiendecilla de discos de Londres y el otro día una cosa llevó a la otra y terminé con la baba caída, me resultó un disco absolutamente brillante, ni recordaba la mayoría de las canciones. Pero después de eso me puse el último, AM, y ya si que aluciné, una obra maestra...osea que fue un momentazo de redescubrimiento-descubrimiento mágico. No tengo ni idea de lo que pensáis acerca de él, ni siquiera de las críticas recibidas, lo que sé es que a mí me vuelve loca lo que estos ya no tan niñatos están haciendo.

Os he echado mucho de menos, he estado leyendo aquí y allá pero no quiero picotear, estoy deseosa de darme un festín con lo que estáis escribiendo y escuchando. Mentor, me voy a comer la Land. Así que allá voy.